Uno de los elementos cruciales que debe poseer cualquier emprendedor es la idea de grandeza: empezar con un pequeño emprendimiento y al mismo tiempo ya estar imaginando cómo expandirlo, además de pensar en como hacer para subsistir al mes siguiente.
Por Andy Freire
La Argentina es un país que desde siempre ha enfrentado dificultades económicas. El primer punto es reconocer esa situación, el segundo es entender qué es ser emprendedor. Un país así, a pesar de sus problemas económicos, genera enormes oportunidades: porque el riesgo social es también riesgo retorno, es decir que existen mayores posibilidades de crecimiento. Pero también puede ocurrir lo contrario: son países en los que se puede pasar de un estado de prosperidad a uno de pobreza en poco tiempo. Por eso el que quiera emprender en ambientes de inestabilidad como éste tendrá que aprender a manejar su inteligencia emocional, para mantener las ánimos bajo control. Los buenos emprendedores saben como afrontar las dificultades: en los momentos de altísima tensión, cuando campean la tormenta, se puede ver esa capacidad de responder y una agilidad muy particular. De ahí que se subraye, tanto en la Argentina de hoy como en otros países de Latinoamérica, la necesidad de tener una enorme inteligencia emocional para lidiar con la cantidad de sorpresas que caen cuando menos se las espera.
Por ejemplo en este momento hay gran disponibilidad de capital –sí, incluso en la Argentina de hoy- que quiere invertir en proyectos emprendedores. Pero los inversores dicen que lo que falta son buenos proyectos y buenos emprendedores. Si uno habla con los inversores hay una famosa frase que dice: prefiero un emprendedor A con un proyecto B que un emprendedor B con un proyecto A. En general cuando se les pregunta a los inversores dicen que lo primero que miran es si les gusta el emprendedor y después ven qué es lo que se puede hacer con él. Por eso existe una enorme escasez de emprendedores.
Cuando se miran las estadísticas de EE.UU. –existe un trabajo que se llama Global Entrepreneurship Market, que mide la actividad emprendedora– Argentina se ubica entre los primeros cinco países del mundo que genera emprendedores. Ahí se puede observar que el porcentaje de la población económicamente activa desarrolla su propio proyecto. No obstante al medir, qué porcentaje de los proyectos fracasan, Argentina también se encuentra entre los primeros. Existe un enorme gap entre una actitud muy emprendedora y la altísima tasa de fracaso. ¿Porqué ocurre esto? Porque un gran porcentaje de estos emprendedores lo son por necesidad y no por decisión: es la gente que dice no tuve opción.
Esto significa que en Argentina hay una cultura emprendedora pero, curiosamente, sin buenos emprendedores y creo que eso tiene que ver con que aquel que es emprendedor por necesidad no se forma para ser mejor emprendedor, porque no piensan en aprender, incorporar habilidades y hacer un trabajo cada vez mejor. En definitiva no ven su trabajo como una profesión. Esta es la mentalidad actual.
Uno de los elementos cruciales que debe poseer cualquier emprendedor es la idea de grandeza: esto es, siempre pensar en como hacer algo mayor, dados los recursos de que se dispone. Es empezar con un pequeño emprendimiento y al mismo tiempo ya estar imaginando cómo expandirlo, además de pensar en como hacer para subsistir al mes siguiente. Desde mis perspectiva veo gran cantidad de emprendedores pero poco compromiso a formarse, y pocos con este tipo de idea.
A lo largo de mi vida como estudiante, primero en el Colegio Carlos Pellegrini, después en la Universidad de San Andrés, nunca escuché mencionar la palabra emprendedor. Y estos son lugares de primer nivel de los que han salido gran cantidad de emprendedores. Creo que las instituciones forman la gente que concurre para ser empleados de una gran corporación o cuentapropistas, es decir buscavidas que tratan de subsistir. Sin embargo cuando se analiza la economía de países desarrollados como EE.UU. se observa que el 90% de la generación de empleo se da en el sector emprendedor. Esa es la diferencia entre un país claramente emergente y un país desarrollado. Argentina no se va a convertir en un país desarrollado porque las grandes corporaciones tengan mayor participación del mercado, sino porque siga habiendo la cantidad de emprendedores que existen hoy, tratando de que estos hayan elegido serlo y al mismo tiempo siendo más eficaces en su actitud emprendedora.
Mi argumento para aquellos que quieren ser emprendedores pero se quejan constantemente de no conseguir capital son diez contraejemplos de gente que conozco que empezó sin capital, no tiene familia que lo posea ni ninguna de esas características especiales, que se supone que hay que tener para emprender. Son personas comunes que empezaron a emprender con muchísima pasión pero sin dinero, en contextos tan desfavorables como el actual y construyeron compañías a las que les fue bien
Lo único que hace el contexto macroeconómico gubernamental es tornar la vida más difícil. En este caso uno tiene un desafío de contexto y una capacidad para responder. Si mi capacidad de respuesta es mayor a los desafíos de contexto, triunfo, si mi capacidad es menor que este desafío, fracaso.
Lo notable es que mucha gente está solamente enfocada en el desafío de contexto, cuando en realidad lo más importante es la capacidad de respuesta que uno tiene. Por eso es importante recalcar que en un país como la Argentina, es la habilidad de manejar lo emocional el principal aspecto del proceso emprendedor.
Los atributos que tiene un emprendedor y un intrapreneur son casi los mismos: pasión , un manager que tiene pasión tiene más perspectiva de evolucionar dentro de una compañía que uno que no la tiene, inteligencia emocional: saber cómo confrontar los fracasos, tener una actitud de aprendiz frente a las cosas, querer compartir con tu equipo el éxito y tomar responsabilidad por el fracaso. Además ser buen administrador y poseer esas ganas de crecer, que comúnmente se llama ambición. Mi definición de un emprendedor es muy parecida de la de manager: deseo de independencia, y la voluntad de tomar riesgos, que para el manager está limitada por la voluntad de tomar riesgos de sus jefes. La mayor parte de las características son compatibles. Si uno no asume el rol de protagonista, supone que los éxitos se deben a sí mismos y no a su equipo, entonces no es ni buen manager ni buen emprendedor. Un intrapreneur puede tener un proyecto dentro de su compañía y desde esta se puede armar un esquema de resultados donde este pueda capturar parte de las ganancias.
La mayor parte de la gente no hace ese tipo de cosas. Pero cada vez más las compañías están buscando que su personal posea los atributos de emprendedor. Antes se los veía ajenos a la compañía y ahora todas quieren tener este líderes entre sus filas.
Cuando un empleado ve que está siendo convocado a un proceso de cambio por su jefe, se siente apoyado para hacer más emprendedora su manera de trabajar. En Shell, que es cliente de Axialent, comenzamos trabajar con la cúpula directiva y terminamos con los empleados que se encuentran en la boca de extracción. No creo en los héroes unipersonales. Por eso creo que no hay nivel de la organización que no pueda ser más emprendedora.
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